Constanza Pedrosa
Entre adaptación y transición
Comenzar una nueva etapa de nuestra vida en otro país es todo un desafío. No solo desde el nuevo idioma (si es que lo tiene), sino también comenzar a adaptarse aprender a manejarse en la ciudad que nos recibe. Cuando no son solo unas simples vacaciones y tenemos que comenzar con diferentes trámites, usar el transporte, buscar trabajo o entender la lógica con la que se maneja el lugar, ahí comienzan a aparecer otro tipo de necesidades y que nos marcan la diferencia.
Cada país tiene ciertas costumbres y curiosidades que valen la pena ir identificando y adoptando. Más allá de eso, hay algunas pequeñas recomendaciones, simples, que quiero brindarte en este texto y que creo que pueden ayudarte a prepararte o darte herramientas para enfrentar estas diversas situaciones.
👉 INTERNET.
La herramienta por excelencia. MUCHA información (a veces tanta que nos confunde) al alcance de tu mano. Infórmate mucho. Todo lo que puedas, antes de llegar a tu destino, eso no sólo te puede ayudar a entender cómo funcionan un poco las cosas allá, sino que te puede dar la posibilidad de interactuar con gente que está (o estuvo) en la misma que vos antes. Por ejemplo:
🔸Grupos de Facebook: te pueden asesorar con las más múltiples consultas que tengas: desde la lista de trámites, hasta decirte dónde podes conseguir yerba para el mate.
🔸Eventos de Couchsurfing: Podes encontrar reuniones semanales (de lo que se te ocurra) en casi todas las grandes ciudades del mundo.
🔸Blog de viajes
👉COMUNIDAD DE TU PAÍS EN TU NUEVO DESTINO.
Es común que cuando vamos a vivir al extranjero, queramos hacer una experiencia lo más "local" posible y huir de todo lo que suene a latino-hispanohablante. Pero, es importante que sepas que si bien esta buenísimo conectarse con la cultura local, es necesario, para nuestra identidad encontrarse y compartir tiempo con gente de tu país de origen.
Generar momento para encontrarte con gente que hable no sólo el mismo idioma, sino que también tenga los mismos códigos y experiencias que vos, puede ayudarte a acortar distancias y disminuir las posibles angustias post salida de tu lugar de origen.
En nuestro país de origen quedaron nuestro grupo de amigos, compañeros de trabajo, nuestra comunidad a la que estábamos acostumbrados. Las agendas suelen estar ocupadas de eventos, reuniones, tareas. En cambio, cuando llegamos a un lugar nuevo, esa comunidad irremediablemente se achica, y nos quedamos viendo siempre las mismas caras, y a veces haciendo siempre las mismas actividades. Sumado a eso, muchas veces, la vergüenza de no saber nos pueden llevar a querer quedarnos en la habitación todo el día.
No saber es la excusa perfecta para recuperar o generar esa costumbre de explorar, conocer y viajar aún dentro de la misma ciudad en que comenzamos a vivir. Tomar una clase de baile, visitar la biblioteca pública, ir a eventos locales.
Si no sabes el idioma: intenta hablar como puedas.
Si no conoces la ciudad: salí a caminar.
Si no podes encontrar algo: pregunta
👉COMPARACIONES
Cuando apenas llegamos a un país nuevo, especialmente si es la primera vez que vamos tan lejos y por tanto tiempo, es muy común estar todo el tiempo comparándolo con nuestro lugar de origen. Hay una etapa de adaptación necesaria en la que recurrir a lo que conocemos, nos da una referencia que es tranquilizadora y a veces muy útil. El problema, como quizás puedas ver, aparece cuando queremos entender todo lo que pasa pero sólo usando nuestros propios parámetros, y por eso terminamos por enojarnos ante cualquier cosa que, según nuestra mirada, no tiene sentido o es errónea.
